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Frente a la crisis, un proyecto amplio y anticapitalista:

lunes, 9 de marzo de 2009 | Posted in

Hace falta una nueva izquierda


El mundo vive nuevos capítulos de la crisis más profunda del capitalismo. Despidos, suspensiones, cierres de empresas y bancos. Los responsables piensan cómo salvar o engordar sus ganancias. Las multinacionales destruyen la naturaleza entre deshielos, aludes, sequías e inundaciones. El hambre y la desocupación se cuentan por millones y vuelven las enfermedades de la pobreza. Gobiernos como el de los Kirchner quieren que los pueblos paguemos la crisis. A la vez, se desarrollan procesos sociales y políticos en los lugares más dispares del mundo. Latinoamérica es uno de los centros más avanzados de esta realidad, y en Europa, Francia encabeza un proceso de huelgas de envergadura y se abre una oportunidad política por izquierda. Nuestro país vive la búsqueda de millones de personas por una salida distinta. Los socialistas tenemos una gran oportunidad y responsabilidad: proponer medidas anticapitalistas y levantar un nuevo proyecto de izquierda, amplio y unitario.

Salió a la luz que el capitalismo fracasa, agravando las condiciones de vida de la humanidad. No hay signos de recuperación, y Obama y el jefe del FMI pronostican mayores problemas. Los mercados de EE.UU. y Europa siguen perdiendo millones por la desconfianza y nuevas crisis de empresas y bancos. Mientras se anuncian miles de despidos en los centros más importantes y en los países periféricos. La perspectiva apunta a una crisis de larga duración y futuro incierto. El Foro de Davos fue la síntesis del desconcierto de los que dominan el mundo: sin respuestas, evaluaron atónitos que los conflictos sociales aumentarán. El imperialismo y el mundo burgués intentan descargar la crisis sobre cientos de millones de trabajadores y pobres del mundo. Suspensiones, despidos, negativa a discutir aumentos de salarios, recortes presupuestarios para temas sociales y aumentos de tarifas son algunas de las medidas de los gobiernos capitalistas. Y nos quieren vender cantos de sirenas sobre reformas al capitalismo o un sistema financiero regulado. Puro verso. Nunca como hoy se hace tan evidente el fracaso del capitalismo y, no casualmente, la idea socialista recorre países y se revitaliza entre cientos de miles de activistas sociales y políticos de izquierda en todo el mundo.

Algunas medidas que hacen falta

El gobierno y los viejos partidos quieren que asumamos como únicas sus recetas. Nada más falso. Hay medidas profundas y opuestas a las de ellos que se pueden tomar. Prohibir por ley las suspensiones y despidos. Expropiar toda empresa que cierre o declare quiebra, estatizarla y ponerla bajo el control de sus trabajadores. Y terminar con los subsidios a las grandes empresas y con los pagos de la deuda externa, y con ese dinero dar respuesta a reclamos salariales de docentes, estatales y trabajadores de la industria que hoy enfrentan el chantaje de las patronales. Aumentar las jubilaciones y llevar los planes sociales a $500, con aumentos mensuales iguales a la inflación real. En servicios esenciales como luz, agua o gas, no solamente hay que anular los tarifazos, sino terminar con las privatizadas, pasando el sistema bajo control de sus trabajadores y usuarios. La crisis energética también puede mejorar con otro modelo. Recuperando para el país el petróleo, el gas y planificando un sistema energético estatal para las mayorías y el desarrollo industrial. Hasta el negocio millonario de la minería puede cambiar, sacando las multinacionales que se llevan todo y destruyen tierras y ríos, produciendo bajo una planificación que proteja la naturaleza y utilizando las ganancias para atender necesidades sociales. Estas medidas son vitales y pueden tomarse como parte de un plan global para el país junto a un cambio cualitativo en la política internacional. Romper las ataduras al FMI, al Club de París y al Banco Mundial, y avanzar a una integración al ALBA, que parta de relaciones solidarias y avance a un proyecto socialista continental, con medidas comunes de ruptura con el capitalismo. Sólo luchando podemos lograr estas medidas, no hay solución con llamados a “votar bien” como hacen las fuerzas de derecha, centro y centroizquierda. La movilización y participación de millones en el proceso de luchas es imprescindible para avanzar.

Venezuela, Bolivia, Francia: avanzando por izquierda

Mientras EE.UU., Japón, Inglaterra, y otros países imperialistas caen en recesión, hay países donde los procesos revolucionarios dan lugar a progresos importantes. Son los que han avanzado más a la izquierda, aunque todavía hay rémoras, contradicciones y debates sobre cómo seguir. En Venezuela, el pueblo bolivariano le dio otro golpe a la derecha ganando el referéndum que permite la reelección de Chávez, y así el proceso y la movilización no se detienen. En Bolivia, los sectores indígenas, campesinos y postergados lograron un triunfo en el referéndum sobre la derecha separatista. Ecuador vive un proceso en el mismo sentido y comienza a desarrollarse también en Paraguay. Francia atravieza un proceso distinto. Se convulsionó por las luchas obreras que debilitan al presidente Zarkozi, y se acaba de fundar en Nuevo Partido Anticapita-lista: un paso unitario de un sector de la izquierda trotskista junto a miles de independientes, que abre enormes posibilidad en un país estratégico, demostrando que construir alternativas unitarias es necesario y posible. Camino similar se viene construyendo en Brasil con el PSOL, que se transformó en la principal fuerza de la izquierda del poderoso país vecino. Estos ejemplos no son aislados, sino expresiones avanzadas de un proceso de cambios más general, que es desigual y con características específicas, pero que puede reflejarse -más temprano o más tarde- en Argentina. Los socialistas, tenemos que impulsar con fuerza este camino, llegar a millones con nuestras propuestas y dar pasos audaces y unitarios en el mismo sentido.

Los proyectos de centroizquierda no son salida

En nuestro país, la crisis del kirchne-rismo se evidencia como irreversible. Y trae tras de sí movimientos políticos y nuevas alianzas de sectores burgueses como Solá, Macri y De Narváez, que no son salida y pretenden reflotar recetas por derecha. Carrió y la vieja UCR no tienen nada nuevo que ofrecer. Además, hay un debate en la centroizquierda. Proyecto Sur y el SI (Solidaridad e Igualdad), con quiénes compartimos algunos puntos programáticos, se han negado a un proyecto unitario con la izquierda, desnudando los límites de sus proyectos. No quieren construir una alternativa con propuestas de fondo, ni quieren que los luchadores obreros y populares sean protagonistas. Se quedan como un ala crítica del sistema actual y en peleas personales por candidaturas. Estamos dispuestos a confluir si cambian, pero la tónica de su accionar y sus propuestas no sale de la lógica centroizquierdista, que conduce a nuevos fracasos, cuando la realidad exige otro proyecto y otra propuesta. No hay lugar en esta crisis para medias tintas. O se levanta un proyecto amplio, de confluencia, sin personalismos y con propuestas de fondo, o bajo tibios armados electorales de centroizquierda se preparan nuevas frustraciones.

El MST propone un nuevo proyecto de izquierda: amplio y anticapitalista

El 2009 comenzó con conflictos obreros en el transporte, automotrices, metalúrgicos, docentes y otros sectores. Movi-lizaciones populares contra el tarifazo y con los desocupados reclamando por sus planes y derecho a la comida. En marzo puede aumentar la tensión social, y este proceso se combinará con el debate político y electoral. Las luchas sociales y la debacle del capitalismo colocan más que nunca la necesidad de un proyecto de nueva izquierda, que llegue a millones y se construya junto al movimiento de masas. No va más la política de la izquierda sectaria y auto-proclamatoria. Es momento de levantar un nuevo proyecto. Reiteramos nuestra convocatoria a toda la izquierda política y social que esté dispuesta a un proyecto nuevo y no sectario, y también a los honestos militantes progresistas y del campo popular, a que construyamos juntos una herramienta política amplia, unitaria, democrática y anticapitalista. Amplia, para que se sumen los que quieran integrarla. Unitaria, para ser mas fuertes, sabiendo convivir con diferencias. Democrática, para garantizar el debate de ideas y el protagonismo de todos. Y anticapitalista, porque hace falta un rumbo socialista en el siglo XXI, firme en las propuestas y alejado de las experiencias burocráticas del siglo XX. El MST invita a los nuevos dirigentes y activistas obreros y populares, a los estudiantes, a los intelectuales y a los militantes por los derechos humanos a asumir juntos este desafío. A que nos acompañen con sus opiniones y propuestas y se sumen junto a nosotros a la construcción de este nuevo proyecto. El momento es ahora, nunca como hoy la oportunidad golpea nuestras puertas. Entre todos podemos levantar una gran alternativa que tenga como primer tarea fortalecer el proceso de luchas y de nueva dirección, y se proponga como una herramienta política superadora, que participe en la pelea electoral, y se juegue a demostrar que un nuevo proyecto de izquierda puede gobernar el país y sumarlo a la ola que recorre el mundo.


Sergio García

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