Escribe: Mariano Rosa 
Se acerca el 25 de Mayo y una fecha muy especial: los 200  años de la Revolución contra el dominio colonial de España. El gobierno de los  Kirchner, la oposición burguesa y todo el régimen político intentan usurpar esta  fecha tergiversando su verdadero significado al servicio de convalidar la  entrega, el saqueo y la postración del país al imperialismo. A través de varias  notas, desde Alternativa Socialista queremos desenmascarar esa hipócrita  utilización de la profunda revolución anticolonial contra el imperio español que  recorrió nuestro continente hace dos siglos. 
Contrastes con 200 años de diferencia 
1810:  El sector revolucionario encabezado por Mariano Moreno y Castelli, impulsan la  profundización de la lucha emancipatoria y precipitan los acontecimientos. Un  nuevo país se pone en marcha contra la sumisión colonial a España. Belgrano,  abogado y cuadro político sin experiencia militar, se pone al frente del  Ejército del Norte para enfrentar la avanzada de los realistas desde el Alto  Perú. 
2010: La presidenta Cristina de Kirchner y su marido hacen del pago de  la deuda externa fraudulenta una “causa prioritaria”  y desafían a la  “oposición” a dar una salida alternativa al pago de la misma con reservas.  Radicales, macristas, partidarios de la Coalición Cívica, peronistas  “disidentes” coinciden en que a cualquier costo hay que pagar, preferentemente  con un ajuste presupuestario. El cipayismo marca como rasgo más saliente al  conjunto de los partidos y dirigentes políticos de la burguesía actual.  
Es  marcado el contraste de época entre los revolucionarios de Mayo y los  entreguistas de hoy. Pero todo fenómeno tiene un origen y una historia.  Repasemos algunas aristas de la nuestra como pueblo, para ubicar desde dónde nos  plantamos para encarar los desafíos presentes.
De la primera independencia a la realidad semicolonial  actual
Nuestra realidad presente se fue configurando a  través de varias etapas. La 1ª independencia abrió una crisis total en el  virreinato del Plata y desató una guerra continental sin tregua contra el  dominio español. La burguesía criolla pecha por liberarse del corsé colonial y  lo consigue definitivamente. Sin embargo, el país sufre tensiones y luchas  incesantes. El descontrol del año 1820, las disputas internas, el rosismo… Y se  va perfilando un país con centro en Buenos Aires y su aduana. Son años de  saladero y comercio del cuero. Hasta 1880 se va estructurando la base del Estado  capitalista que integra a la totalidad del territorio, ya aniquilado el problema  del “indio”, tal como llamaban los estancieros porteños a los pueblos  originarios. En este período la burguesía terrateniente somete el país al  capital inglés.
Durante toda esta etapa se suceden en el poder conservadores  y radicales. Hasta la década infame del ’30, el país está totalmente subordinado  a los intereses de Gran Bretaña. El auge y caída del peronismo, y con su debacle  la pérdida de la relativa y muy retaceada independencia del imperialismo inglés,  marcan el fin de una etapa y el inicio de otra: el control económico y político  del país por los yanquis. La dictadura genocida de 1976 y los gobiernos  sucesivos de la UCR y el PJ consolidan el modelo capitalista. El país de  rodillas como semicolonia. Con diciembre de 2001 mediante, la experiencia de los  K y su doble discurso no cambió la situación de fondo. Como botón basta una  muestra: el gobierno nacional bautiza como “Fondo del Bicentenario” (es decir,  de la revolución contra el dominio colonial)  a la millonada de dólares  destinada a pagar la deuda a los usureros. 
Por un programa antiimperialista y  anticapitalista
El desafío planteado para nuestro pueblo  hoy es enorme. Hay que encarar la lucha por romper con el dominio del  imperialismo yanqui. Y esa pelea arranca del no pago de la deuda externa; sigue  con la recuperación de todos los recursos estratégicos de la economía nacional  extranjeri-zada; la nacionalización del comercio exterior y del sistema  bancario. Preparar un gran acto unitario para el 25 de Mayo, junto a todos  aquellos sectores que reivindiquen la necesidad de una Segunda Independencia,  será un hito en ese camino.
En definitiva, nosotros creemos que hace falta  luchar por medidas antiimperialistas y, siendo consecuentes en ese sentido, por  una reorganización anticapitalista del país, apoyados en nuevas bases  económicas, sociales y políticas.
Para pelear por ese horizonte necesitamos  una herramienta revolucionaria. Una organización política que en Argentina, en  América Latina y en todo el mundo, con su programa y su militancia obrera,  juvenil y popular, esté dispuesta a encabezar la batalla por cambios de fondo, a  gobernar y abrir paso a una Argentina Socialista. 
Para trabajar juntos por  esa perspectiva, compañera o compañero lector, te invitamos a que te sumes a  nuestra fuerza, el MST por una Nueva Izquierda.