La verdadera cara de los Kirchner
Desde hace años, los Kirchner vienen intentando embanderar-se como un gobierno popular y de los derechos humanos. En sus inicios, algunos sectores de la población creyeron ver en el kirchnerismo algo distinto y mejor a los viejos gobiernos y partidos. Con el paso del tiempo millones fueron perdiendo esa expectativa y hoy, la ruptura con el gobierno es enorme, y se acentuó con las últimas medidas y acciones del gobierno. Va cayendo el doble discurso y la falsa pose nacional y popular de los K, porque al compás de la crisis económica sale a la luz un modelo que lejos de distribuir la riqueza aumenta la desigualdad y garantiza las ganancias de los grandes monopolios, las transna-cionales y del sector financiero.
En medio de la crisis ¿Para quién gobiernan los K?
Si algo pone la realidad y las distintas políticas blanco sobre negro, son las crisis profundas. Porque en esas situaciones no hay manera de simular con tibias medidas, porque la propia realidad obliga a definir un rumbo para que alguien pague la crisis. En este sentido, y en el marco de un mundo donde las grandes entidades financieras y organismos internacionales provocaron una crisis de magnitud ¿A quienes ayudan las medidas del gobierno? Veamos algunos ejemplos. Ante el retraso salarial se apoya en la burocracia de la CGT para impedir luchas y pedidos de aumentos. Ante el tema despidos, permite que las grandes empresas sigan provocándolos, como ahora hace Kraft. Ante nuestras riquezas naturales les extiende a las transnacionales la posibilidad de llevarse el petróleo y la minería por muchos años más. Ante el desastre del servicio ferroviario y otros servicios públicos como el agua, el gas o la luz, entrega subsidios millonarios y mensuales a las privatizadas, mientras deja correr tarifazos para la población. A esto, tenemos que agregarle que su última medida internacional es hacia un nuevo acuerdo con el FMI, para que monitoree nuestro país y nos oriente. En el presupuesto 2010 que votó, no hay mejoras para salud, educación ni subsidios para los sectores más pobres. Pero sí hay destinados 2075 millones más que antes para pagar intereses de la deuda externa.
Como puede verse, ninguna de estas medidas favorece a los trabajadores y a los que menos tienen. Y ahí radica el verdadero carácter del gobierno de los Kirchner. Lo demás, son solo palabras y doble discurso. Esto no impide que también denunciemos el rol de la oposición burguesa como el PJ disidente, la UCR y la Coalición Cívica. Todas variantes que ya han gobernado, aplicado recetas liberales y que de volver a gobernar, lo harían para los grandes empresarios y monopolios.